

La obra que hoy se prologa, la Guerra de Granada de Diego Hurtado de Mendoza, no tiene otro objetivo que el de ofrecer a cuantos están interesados en el conocimiento de nuestro pasado histórico, una reedición facsímil de la publicada en Barcelona en 1842 por Juan Oliveres, similar al texto impreso por Benito Monfort, doce años antes, en Valencia.
Esta Obra, que injustamente ha sido valorada por algunos peyorativamente, desde un punto de vista estilístico, es, pese a su silencio... Saber másexpand_more
La obra que hoy se prologa, la Guerra de Granada de Diego Hurtado de Mendoza, no tiene otro objetivo que el de ofrecer a cuantos están interesados en el conocimiento de nuestro pasado histórico, una reedición facsímil de la publicada en Barcelona en 1842 por Juan Oliveres, similar al texto impreso por Benito Monfort, doce años antes, en Valencia.
Esta Obra, que injustamente ha sido valorada por algunos peyorativamente, desde un punto de vista estilístico, es, pese a su silencio -patente en su comparación con la narración de Mármol- y errores históricos, una fuente de primera mano para el conocimiento de los sucesos que le tocó vivir en los últimos años de su vida; ante los que adopta una actitud de compasión y lástima, un acercamiento sentimental a los moriscos, patente así mismo, en su sobrino, el marqués de Mondéjar, uno de los máximos valedores de la comunidad morisca granadina, frente a la corriente burocrática y eclesiástica, que vino a sustituir la nobiliaria y militar en la dirección de la asimilación total de los moriscos y que desembocaría en el mencionado conflicto, vertido en esta obra con el título de la Guerra de Granada hecha por el rey don Felipe II contra los moriscos del aquel Reino, sus rebeldes, que vería la luz por primera vez en 1627, gracias a la edición de Luis Tribaldos de Toledo.
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