Botas, casco y mono de obrero sobre el altar: Los comúnmente llamados curas obreros, rojos o comunistas, personificaron una nueva concepción de la Iglesia: menos triunfal, ausente de poder y aferrada al mundo. Para demostrarlo, se alejaron de las comodidades que le ofrecía el mundo eclesial y se convirtieron en unos trabajadores más, renunciando a la paga estatal y marchándose a vivir a los mismos barrios donde lo hacían los obreros, pues estar al lado de ellos era estar con los más pobres. Ese...